En el post anterior hablábamos de lo que significa vender un inmueble “como cuerpo cierto” y la relación que ello tiene con el dato de superficie que puede aparecer en la documentación oficial. Resumiendo: vender a cuerpo cierto significa que el comprador compra “lo que ve” y no “lo que lee” en los papeles oficiales. El motivo de esto es que los papeles oficiales (escrituras y catastro) no siempre recogen el dato real de superficie y en muchas ocasiones hasta dan datos diferentes.
Pues bien de lo que hoy hablamos no son de datos oficiales erróneos sino de datos que el vendedor (o el agente inmobiliario) manipula a propósito para incrementar el atractivo del inmueble o sus oportunidades de venta. Os contamos un caso reciente.
Esta semana ha pasado por la oficina una persona que lleva tiempo intentando vender una casa en los alrededores de Bilbao. En estas situaciones lo que hacemos siempre, aparte de explicar nuestro servicio de venta sin comisiones, es hacer una valoración. En este caso, al tratarse de un inmueble singular, decidimos también hacer un estudio de demanda del mismo mediante técnicas big data (un estudio, por cierto, que hacemos en todas nuestras ventas sin comisiones y que nos permite tomar decisiones en base a datos y no a sensaciones).
Bueno, independientemente de las conclusiones de ese estudio, mientras lo hacíamos nos encontramos con que el anuncio de una de las inmobiliarias que lo tenían anunciado tenía dos diferencias frente al resto:
1. Lo ofrecía 5 euros por debajo del precio pactado con el propietario. Esto puede no parecer importante y de hecho no tiene efecto en el precio final de venta, que probablemente se rebaje en más que esos 5 euros. Pero si es una práctica poco ética en relación al resto de inmobiliarias que lo tienen anunciado porque esa diferencia de 5 euros puede hacer que el inmueble aparezca o no en determinadas búsquedas en función del precio máximo que marque el usuario de los portales inmobiliarios.
2.- Pero lo más grave es que daba un dato de superficie falso, incrementando la nada menos que en un 15%. Y aquí nos podríamos plantear si unos anuncios publicaban la superficie útil y este la construida (entre las que suele haber ese 10% de diferencia). Pero nada de eso. El propietario nos vino con una hoja donde recogía una descripción y los principales datos de la vivienda, entre ellos la superficie.
He de decir, también, que una de las inmobiliarias que lo anunciaba tenía fotos realmente buenas, mientras que esta de la que hablamos tenía publicadas fotos bastante cutres y nada profesionales. Es una reflexión que solemos hacer en Etikalia, ¿cómo es posible que vayas a cobrar 15.000 o 20.000 euros de comisión por la venta y no te gastes 200 euros en un buen reportaje?
Como conclusión: puede parecer que esta práctica afecta negativamente solo al comprador, pero no es así: afecta también al vendedor y al sector:
1.- Al comprador: se les está intentando engañar a propósito diciéndole que la casa es más grande de lo que es en realidad. Esto tiene fácil solución para el comprador, y es que antes de que firmeis nada os recomendamos consultar la superficie de la vivienda en el catastro. En Euskadi cada provincia tiene su propio catastro. Si el inmueble está fuera de Euskadi o de Navarra, podéis consultar el catastro estatal. Cualquiera de ellos los podéis consultar por internet.
2.- Al vendedor: es posible que la inmobiliaria que está dando datos falsos tenga más contactos y más visitas: el anuncio va a estar mejor posicionado y la primera impresión para una persona interesada es que el precio es adecuado. Y el vendedor tendrá la sensación de que esa inmobiliaria es mejor que las otras, y estará engañado. Aquí os recomendamos revisar los anuncios de la o las inmobiliarias que estén ofreciendo vuestro inmueble y les aviseis si hay algún error, o incluso les retiréis el encargo de venta si veis que no son errores sino que hay mala intención.
3.- Al sector: genera en la sociedad esa sensación de desconfianza con la que nos encontramos muchas veces. En esta operación reconocemos que hay una inmobiliaria que estaba haciendo un buen trabajo, al menos desde el punto de vista fotográfico. Se podría haber completado con vídeo, realidad virtual, infografía 3D…. Aún así, comparado con lo que estaban haciendo otras agencias, sus anuncios estaban muy bien. En cambio con lo que se va a quedar la gente es con la mala praxis de esa otra agencia que trataba de engañar en precio y en superficie.
2 respuestas
Otra costumbre nefasta, que no sé si es considerado mala praxis, si no, debería.
Es la costumbre de llamar a los particulares diciendo que tienen un comprador para el inmueble, pero es mentira. Lo único que quieren es tener un inmueble más en cartera. Se basan en el hecho de más viviendas, más ventas. Si fueran realmente buenos profesionales, dedicarían los recursos necesarios a cada inmueble y no sistemáticamente a todos. Venderían más y más rápido.
Hola Pepi,
si, eso se hace mucho. A mi se me presentó una vez una persona que quería trabajar de comercial en Etikalia. Y entre las cosas que me dijo fue que una cosa que solía hacer era pedir a otra persona que le acompañara a un piso como si fuese un posible comprador, y así conseguía captar pisos para vender. Por supuesto, ahí se terminó la entrevista.