Construyendo el modelo de inmobiliaria ética

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1.- ¿Qué es una inmobiliaria ética?

Estamos a punto de cumplir los dos años de vida, y dado que el 30% de las empresas que se crean no llegan a cumplir esa edad, estamos muy contentos. El concepto de inmobiliaria ética al principio parecía contradictorio. La búsqueda del beneficio social no parecía encajar en un sector tradicionalmente vinculado al máximo beneficio económico. Pero la idea va cuajando y otras personas han decidido o están pensando en abrir sus inmobiliarias éticas en otros lugares, por lo que le vemos futuro al concepto. Eso si, es un concepto joven que todavía debe madurar y mejorar, en base a la ambición de querer ser cada día mejores y más útiles para la sociedad.

2.- Analizando nuestros resultados

Al poco tiempo de nacer Etikalia os hablamos de la triple cuenta de resultados y explicábamos que no solo buscábamos el beneficio económico, sino también aportar algo positivo a la sociedad y a la preservación del medio ambiente. Hace unos meses empezamos a realizar el Balance del Bien Común ayudados por Bikonsulting. El BBC es una forma de analizar los resultados obtenidos en esos tres ámbitos y no solo nos ha hecho conscientes de que debemos mejorar los resultados en todos ellos, sino que nos ha dado ideas sobre cómo conseguirlo.

En este sentido adelantamos que la idea (y decisión) pasa por cambiar la política de honorarios de Etikalia, es decir, dejar de ofrecer gratuitamente la gestión a la parte arrendataria. Y vamos a explicar los motivos. No ha sido una decisión fácil porque hasta ahora era uno de los elementos que nos diferenciaba de la competencia y uno de los argumentos en los que justificábamos nuestra aportación social. Pero el análisis que hemos hecho de los resultados de esa práctica (en lo económico y en lo social) nos dice que más que ayudarnos, nos ha puesto en dificultades para lograr nuestros objetivos. Así que esta decisión es un salto que nos acerca al logro de todos nuestros objetivos -insistimos- en lo económico y en lo social.

3.- ¿Qué hemos conseguido no cobrando a una parte de los clientes?

La práctica de no cobrar honorarios a los inquilinos nos ha permitido llegar a muchos más clientes potenciales y generar una cierta imagen de marca. En algunos casos nos ha permitido reducir el plazo en que alquilábamos un piso. Pero no ha sido un elemento clave a la hora de facilitar vivienda y ha tenido sus contrapartidas y efectos negativos:

  • en lo económico: el margen que nos deja cada operación de alquiler es muy reducido, lo que nos ha dificultado crecer al ritmo que teníamos previsto y prácticamente vivir en la cuerda floja durante todo este tiempo. Hay que tener en cuenta que nuestro servicio es útil para ambas partes: arrendadora y arrendataria. Y no finaliza con la firma del contrato, sino que dura todo el tiempo que el piso esté alquilado. Eso significa que los inquilinos disfrutan de nuestro servicio todo el tiempo que permanezcan de alquiler en la vivienda (al menos mientras se mantenga ese servicio contratado). Eso les está resultando muy útil también a ellos para facilitar sus relaciones con los caseros, y, en casos puntuales en los que se han dado situaciones de incumplimiento de contrato por la parte arrendadora, nuestro servicio les ha aportado una solución eficaz.
  • en lo social: hemos comprobado que el impacto social de no cobrar a los inquilinos es más bien escaso, por no decir nulo. La principal dificultad que pueden encontrar no es tanto el pago de nuestros honorarios, sino el de no contar con ingresos suficientes para hacer frente al pago de la renta mes a mes. Ante esta situación, no hemos podido ofrecer pisos apersonas con dificultades de acceso a la vivienda, tanto por falta de recursos económicos como por situaciones de exclusión social, personas por las que podríamos haber aportado soluciones con algunas ideas que tenemos en la cabeza y que no hemos podido poner en marcha por nuestras limitaciones económicas.
    Una de las cosas que más frustración nos ha generado ha sido la de no haber podido aportar soluciones a entidades del tercer sector que han ido poniéndose en contacto con Etikalia desde el comienzo (Asociaciones, Fundaciones, Servicios Sociales Municipales, etc.). Además, el no contar todavía con beneficios económicos nos impide solo poner en marcha proyectos de garantía de acceso a la vivienda que tenemos en la cabeza, sino que tampoco nos permite cumplir nuestras previsiones de generar empleo de calidad, priorizar proveedores locales aunque sean más costosos que los que encontramos en internet, y un largo etcétera de buenas prácticas que generarían un beneficio para la comunidad. Para todo esto tenemos soluciones proyectadas en nuestras cabezas, pero esas soluciones necesitan inversiones económicas que la política de honorarios que hemos tenido hasta ahora nos impide poner en marcha. En cambio, con unos honorarios justos para nuestros clientes y para Etikalia, podríamos lanzar acciones nuevas.
  • en lo ambiental: aunque nuestra actividad no genera un impacto ambiental importante, contábamos con un proveedor de car sharing ecológico del que hemos tenido que prescindir para reducir gastos. Pero en la medida de lo posible seguimos hacemos uso del transporte público o de nuestros pies para caminar.

Resumiendo, la gestión gratuita indiscriminada (el café para todos) nos ha llevado a que cada operación deje un margen muy ajustado que nos impide tener unos buenos resultados económicos. Y al no haber resultados económicos no podemos generar un impacto social, que es lo que nos gustaría y forma parte de nuestra misión. Por lo tanto es necesario hacer cambios.

4.- ¿Hacia dónde vamos?

Una de las cosas que plantea Economía del Bien Común es la de ofrecer tarifas bonificadas a personas que las necesiten. Y nuestra decisión va en esa línea, pero mejorada. Es decir, queremos que nuestra aportación social vaya más allá de simplemente dejar de cobrar o cobrar menos que la competencia. Así que la idea es mantener la línea actual de gestión integral de alquiler, cobrando a ambas partes. Y paralelamente vamos a montar otra línea de colaboración con entidades del tercer sector para aportar soluciones de inclusión residencial a personas usuarias de estas entidades.

En esta primera fase del cambio nos centraremos en dos cuestiones: mejorar los resultados económicos y definir las fórmulas para mejorar los beneficios sociales. Lo primero lo vamos a poner en marcha de forma inmediata con las viviendas que se incorporen desde hoy a nuestra gestión. Para lo segundo ya hemos iniciado conversaciones con entidades del tercer sector que nos van a permitir identificar necesidades de acceso a la vivienda y poner en marcha soluciones eficaces.

Aunque nos ha costado tomar la decisión, el cambio nos ha hecho renovar y crecer las ilusiones. Algo que no puede variar en Etikalia son sus valores, pero debemos ser lo suficientemente flexibles como para mejorar continuamente. Es lo que tiene el carecer de referencias a las que poder imitar: somos la primera inmobiliaria ética y el coste de ser la primera es tener que asumir un mayor riesgo de meter la pata y tener una mayor habilidad para sacarla.  

Foto: ** RCB ** via Visualhunt / CC BY

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